Siempre recordaré esta fecha como el día en que recibí una sobre dosis de emociones y sensaciones y la lección de vida más brutal.
...Tantas peleas, envidias, vanidades, conflictos, guerras y todas y cada una de las miserias humanas para acabar en un cajón de 70x50 cm; y en tan solo 45 minutos en apenas un kilo de cenizas dentro de una bolsa de plástico de las que usan en el mercado.
He visto y entendido lo que es el ser humano enfrentando la cruda realidad más real.
Ha tomado sentido esa frase que dice que la muerte nos iguala a todos. Ricos y pobres, guapos y feos, buenos y malos.
He visto a una madre temblando y retorciéndose de impotencia ante lo que quedaba de su hijo. Sola.
He visto una cajita blanca que me ha sacudido el corazón como un tsunami que arrastra todo a su paso dejando solo vacío; he deseado ser sorda para no escuchar a quien le dio la vida.
Si, hoy he tenido una gran sobre dosis de emociones y sensaciones que me han llenado el saco de sentimientos encontrados.
Vivencias que me han hecho muy vulnerable y fuerte a la vez. Vivencias de esas que te limpian todas las máculas del cristal por el que miramos la vida.
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